Cuando la familia se mudó a esta casa de Santa Mónica tenía claro que
quería una cocina amplia, puesto que para ellos es el espacio en torno al cual debe
girar la casa, así que se reformó la vivienda para que esto fuera posible, ya
que una de las grandes aficiones de la familia es cocinar. Además
estableció un espacio para que las visitas se pudiesen sentar tranquilamente
mientras veían a los demás cocinar y de esta manera no molestar y seguir
disfrutando de la compañía de sus anfitriones. A su vez la cocina se unió con
el comedor y el salón para crear la continuidad de este espacio.
El hecho de que la mayoría de los muebles fuesen adquiridos en diferentes
anticuarios y mercadillos demuestran el estilo ecléctico de la casa. Sin
lugar a duda una casa muy personal que muestra el carácter de sus
inquilinos.
¡Feliz semana!
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