Hoy os traigo una casa que si os digo que está en una de las calles de
Estocolmo no os extrañaría, ya que no le falta ningún elemento propio de una
vivienda nórdica. Se trata de una vivienda situada en un edificio totalmente
reformado en el L’Example barcelonés. De hecho, en la cocina podemos
observar la cubierta original, otorgando un carácter propio al espacio. Este
aspecto, junto a la maravillosa solería formada por baldosas hidráulicas
coloridas, contrastan con la sobriedad del mobiliario, efecto que me
parece muy divertido.
Me llama la atención que todas sus puertas son de cristales, dando así la
sensación de un único espacio, ya que son más abiertos y no terminan de ser
habitaciones diferenciadas unas de otras. Además, las puertas y tiradores
son de la vivienda original. Me gusta el toque que dan las cabezas de
peluche de ciervo colgadas ante tanta sobriedad nórdica. Este tipo de
contrastes son los que verdaderamente le dan personalidad a una vivienda.
¿A vosotros os gustar romper el estilo con algún elemento o, preferís
mantener una misma línea en la decoración?
¡Que paséis un buen fin de semana!
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